Un regalo especial para Amilcar Guerra: un "gemelo" para su prótesis


Compartir

«Lab.a» es una pequeña empresa de desarrollo de tecnología para la salud, especializada en tecnología asistiva y de rehabilitación para personas con discapacidad. Se formó en 2015 y en 2017 creó «Refix», un subproyecto especializado en la creación de órtesis por medio del sistema de escaneo e impresión 3D.

La empresa la formó un grupo de amigos, todos estudiantes de ingeniería electrónica. Se armó un equipo de trabajo para impulsar la actividad y uno de los integrantes, Julián Morelli, recordó su etapa en el equipo de natación de River. Allí compartió mucho tiempo con Amilcar Guerra, nadador paralímpico, amputado en su pierna izquierda.



Amilcar nació sin la tibia y con el pie deformado. A los 4 años lo amputaron debajo de la rodilla. En el proceso de clasificación a Río 2016 comenzó a tener problemas con la rodilla y notaron que la tenía muy calcificada («cada vez que la doblaba era como si me quebrara»). Cuando quedó afuera de los Juegos Paralímpicos, tomó la decisión de operarse y eso lo ayudó a mejorar y sentirse mejor.

Ese fue un año de cambios para Guerra: también fue cuando se compró la prótesis por un costoso precio. Debió adaptarse pero supo conseguirlo. Hace unos meses, Julián llamó a Amilcar y le contó del proyecto Refix: lo invitaron al laboratorio para regalarle un prototipo de cobertor para su prótesis. Y accedió.

Así fue como se dieron los primeros encuentros. La pandemia frenó el proceso pero la semana pasada le llegó el regalo a Amilcar: lo bautizó como «gemelo». «Le estaban buscando la vuelta a cómo llamarle y me pareció un buen nombre para evitar prejuicios«, contó el nadador ganador de tres medallas en Lima 2019. «Me pareció muy buena la idea, esto ayuda a mucha gente. Una férula tarda entre 45 y 60 días pero ellos la hacen entre 15 y 20», agregó.


Iván Isaac, ingeniero electrónico especializado en biomedicina y parte de Lab.a, explicó el armado del cobertor: «Tenía que ser liviano, fácil de colocar (lo armamos con un sistema de imanes) y que se pueda limpiar». Incluso le dieron la chance a Amilcar de poder personalizarlo: le agregó un tridente en relieve en honor a Independiente, el club de sus amores.

Van pocos días pero Guerra ya nota la diferencia: «Me cubre la prótesis de los golpes. Y cuando me pongo un pantalón no me queda raro, esa es la parte estética». Mientras encara la recta final en busca de clasificarse a Tokio 2020, el nadador está contento por el regalo que recibió. Y Refix, en plena etapa comercial, disfruta de poder aportar algo a la vida de las personas con discapacidad. «Es la mejor parte. Todo ha sido satisfactorio. Los productos que hacemos están generando un cambio», cerró Iván.