Tras su retiro del paracanotaje, Lucas Díaz Aspiroz comenzó una nueva carrera en el parabádminton y ya alimenta su sueño paralímpico


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En enero de este año, Lucas Díaz Aspiroz anunció su retiro del paracanotaje. «Me hubiera encantado poder seguir un poco más, sé que tengo cuerpo para hacerlo. Pero también es verdad que las cosas cuando no se disfrutan… Ya no tiene sentido seguir en ese lugar», explicó el representante argentino en ese entonces. Y agregó: «Creo que me quedaba un poco de resto para seguir, pero este resto y ganas prefiero utilizarlOs en buscar otro sueño».

Dos meses después, el oriundo de Olavarría ya tiene ese otro sueño entre ceja y ceja: clasificar a los Juegos Paralímpicos por tercera vez, pero ahora en otro deporte. Hace algunas semanas, el atleta de 41 años comenzó su recorrido en el parabádminton, una disciplina que llegó a él «por casualidad» y que le permite volver a tener metas importantes por delante.

«Estaba jugando al pádel y me invitaron a una exhibición de bádminton. Al principio no me enganché pero luego en Olavarría me enteré que había un programa municipal», le contó Lucas a Paradeportes. Así, se sumó a los entrenamientos y notó que disfrutaba de las prácticas y, de a poco, le agarraba la mano a la competencia.

«Primero lo tomé como algo recreativo. Pero creo que a los que hemos hecho deporte de alto rendimiento, más aún tan reciente, nos gusta competir y superarnos», confesó Diaz Aspiroz. Así, este fin de semana compitió en el Torneo Nacional de Villa Mercedes, en San Luis, y notó que la competitividad sigue vigente en él. «Automáticamente la cabeza se me vuela y piensa en grande. Si se da o no, lo veremos más adelante», sostuvo.

Como atleta de paracanotaje, Lucas estuvo en los Juegos Paralímpicos de Río 2016 (diploma por su sexto puesto) y Tokio 2021 (10° en su categoría). Si bien su carrera en el bádminton recién empieza, el sueño de volver a representar a Argentina en la máxima competencia le da fuerzas: «Cuando comencé a remar lo primero que pensé fue en los Juegos y muchas personas se reían, ya que era la primera vez que me subía a un kayak y demás. Años después me retiré con dos Paralímpicos. Entonces, para soñar… Hay que soñar en grande».