La historia de Yanina Martínez, la medallista que nunca para de sonreír


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Yanina Martínez se convirtió en leyenda del deporte argentino el 9 de septiembre de 2016, en los Juegos Paralímpicos de Río, cuando ganó la medalla dorada en los 100 metros T36. Argentina hacía 20 años que no conseguía subirse a lo más alto del podio y, gracias a la velocidad de la rosarina, el himno argentino sonó fuerte. Muy fuerte.

Ahora consiguió otro hito en su carrera. Se colgó la medalla de bronce en los Juegos de Tokio en los 200 metros y es la segunda deportista argentina en subirse al podio, luego de Antonella Ruiz, quien también consiguió bronce en lanzamiento de bala F41. Este nuevo logro de Yanina también es una especie de revancha porque en los Juegos de Río, en la misma competencia, había quedado en el 4to. lugar cuando ya casi tenía su lugar en el podio.

La historia de Yanina, quien nació con parálisis cerebral, no se puede escribir sin nombrar a su mamá Claudia, a sus hermanos Javier y Tamara, y también a Martín Arroyo, su entrenador. “Primero hizo natación y recién en el 2006 arrancó con el atletismo. Mi intención fue volcarla al deporte para que se integre. Y ella con el atletismo es sumamente feliz. Se ríe, se divierte, la pasa bárbaro. Corre y se ríe”, asegura mamá Claudia.

Desde los comienzos en el Echesortu FC, de Rosario, su crecimiento fue notable. En 2007, con 14 años, disputó su primer torneo provincial en Santa fe. “Ganó en un interclubes y se veía que era buena”, agrega Claudia. Luego participó en los Juegos Nacionales Evita y la convocaron para la Selección. En 2009 tuvo su debut internacional, en el Parapanamericano de Menores de Bogotá, Colombia. Era la primera vez que se subía a un avión. Y no paro más.

Brilló en tres Juegos Parapanamericanos (Guadalajara 2011, Toronto 2015 y Lima 2019), Mundiales y Paralímpicos (Londres 2012, Río 2016 y ahora en Tokio 2020). “Río es un sueño, quiero estar ahí, representando a la Argentina. Y si puedo ganar una medalla, mejor”, decía Yanina antes de Río. Y cumplió.

“Cada 9 de septiembre, la medalla de Yanina en Río se festeja como un cumpleaños. Lo seguiremos celebrando siempre, es una fecha para el resto de nuestras vidas”, le aseguró Martín Arroyo a Paradeportes. “La carrera la vi como en cámara lenta. Lo viví, parecía que estaba adentro. Fue algo muy lindo, son recuerdos precisos los que tengo. Cuando Yanina llegó a la meta, quedé en blanco. Fue una linda locura”, recuerda.

Tokio ahora será otro lugar reservado para siempre en su corazón. Fue la abanderada argentina en la ceremonia inaugural y la medalla de bronce en los Juegos de Tokio significa una nueva página en la brillante historia deportiva de Yanina. Ahora, al 9 de septiembre, se le suma el 29 de agosto, otra fecha para celebrar. Por eso en Rosario, ya dicen por ahí: “Lleven tortas, que medallas sobran”.