La columna de Ariel Quassi: "La nueva generación".


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Hacía 25 años que Argentina no obtenía un resultado como el que alcanzó en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020 con 9 medallas (5 plateadas y 4 de bronce) y 32 diplomas. En natación, la última vez que se habían logrado dos podios fue en Atenas 2004 con Guillermo Marro (plateada 100m espalda) y Betiana Basualdo (bronce 100m espalda). En Londres 2012, Nadia Báez también había sido bronce (100m pecho S11). Ahora, en Tokio, hubo otra vez festejo doble con Fernando “Pipo” Carlomagno (plateada 100m espalda S7) y de Matías de Andrade (plateada 100m espalda S6).

Sin dudas, este resultado es muy importante para la natación paralímpica, para los 10 nadadores que participaron de los Juegos, pero en especial para los que no pudieron estar en Tokio, muchos de ellos con marcas para competir pero sin plazas disponibles. Por eso, es en ese grupo dónde ahora se debe poner el foco con mayor capacidad estratégica, ya que solo a partir del trabajo de base se va a poder proyectar que se obtengan más plazas y así apostar por equipos más nutridos con nadadores salidos de selección juvenil como Iñaki Basiloff (4 diplomas y muy cerca de las medallas), Nicolás Rivero y Lautaro Maidana Cancinos, e incluso trabajar por una mayor participación femenina.

Dentro de este análisis es oportuno incluir la reformulación del sistema de clasificación funcional del año 2018 que reposicionó a muchos de nuestros nadadores permitiendo pelear por medallas con chances reales, entendiendo que nuestros equipos siempre fueron potenciales finalistas (top 8).

Ya finalizados los Juegos Paralímpicos y con 3 años por delante para llegar a Paris 2024, la cita máxima del deporte para personas con discapacidad, se deberá hacer un balance donde las medallas y diplomas pesarán por su relevancia. También será clave revisar estos últimos 5 años para consolidar las fortalezas logradas, atender las debilidades, lograr más competencias con roce internacional, clasificar (funcionalmente hablando) más cantidad de nadadores y así poder trabajar desde la mayor población posible hacia la calidad y no conformarnos solo con el top 8 porque la natación argentina tiene todo el capital humano para seguir haciendo historia como lo hizo en Tokio.

(*) Ex – nadador paralímpico (Sídney 2000 / Atenas 2004 / Beijing 2008 / Londres 2012)
14 medallas Juegos Para Panamericanos.
Entrenador de natación paralímpica.