Estefanía González y el arte de combinar el levantamiento de pesas con el arte marcial


Compartir

La pandemia, a muchos, les modificó el panorama. Estefanía González reconoce ser una de esas personas vio la luz en medio de la oscuridad. Fue por consejo de un preparador físico que ella tenía en Jiu Jitsu, un arte marcial japonés. “¡Dale, anímate! Te va a ir muy bien”, le dijo. Ese fue, en definitiva, el empujoncito que precisaba, el que la motivó para levantar pesas.

Así, entonces, comenzó su camino Estefanía. La búsqueda se inició en redes sociales y fue ahí que se encontró con dos atletas que le marcaron el rumbo: David Coronel y Lourdes Maciel. Charla va, charla viene hasta que llegó la invitación para esta mendocina de 30 años que vive en San Luis desde hace 16 años.

Estefanía González, que tuvo su debut absoluto en el seleccionado argentino de levantamiento de pesas en diciembre del año pasado, será una de las cuatro representantes en el Panamericano de Estados Unidos que se desarrollará en julio. “Ahora persigo sueños y tengo objetivos muy claros: quiero ser campeona del mundo y participar en los Juegos Paralímpicos de París 2024”, asegura.

Desde San Luis, donde trabaja en el Poder Judicial, Estefanía no detiene su marcha. Se entrena cada día, practica levantamiento de pesas y Jiu jitsu. “Además, soy coach ontológica profesional y me dedicó a brindar sesiones particulares”, agrega a su extenso currículum.

Estefanía, que sufrió la amputación del miembro inferior izquierdo arriba de la rodilla, tiene claro su objetivo y su pasión por el deporte: “Espero que me siga brindando vínculos tan espectaculares como hasta el momento, con personas con historias de vida completamente sorprendentes y que me motivan a continuar”.

Mientras se plantea como objetivo ser campeona del mundo en levantamiento de pesas y reparte sus horas con el arte marcial a nivel recreativo, Fanni, como le dicen sus amigos, tiene bien claro su horizonte. “Fui subcampeona nacional en dos oportunidades y mi actuación en la Copa del Mundo de Georgia me dieron motivos para ilusionarme”.