Maia Spara, la capitana del bronce en basquet de Toronto 1976: "A Estados Unidos lo dejábamos pasar para que enceste".


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Pasaron cuarenta años y Maia Spara confiesa que hoy, cuando los recuerdos revolotean por su cabeza, valora la valiosa consagración de la Selección Argentina de básquet femenino en silla de ruedas en los Juegos Paralímpicos de Toronto 1976. Maia fue la capitana de ese equipo que terminó en el tercer puesto, detrás de Alemania e Israel, y en una entrevista con Paradeportes, retrocede en el almanaque para compartir sus vivencias.

– Pasaron 40 años de aquel bronce, ¿qué se te viene a la mente?

– Fue un logro increíble porque en aquella época no había un seleccionado organizado como sí hay ahora. En ese entonces el equipo se iba formando a los ponchazos (sic). Tampoco había preclasificación. Y los pasajes y la ropa corría por nuestra cuenta.

– ¿Cómo era el nivel del básquet?

– Mucho menos profesional que hoy y tenía  poco de táctica. Me acuerdo que a Estados Unidos y Canadá las dejábamos pasar para que encestaran.

– ¿Por qué fuiste capitana?

– El técnico Omar Masciotra me eligió por mi carácter, mi personalidad. Todavía se me eriza la piel cuando recuerdo el izamiento de la bandera argentina.

– ¿Cómo fue la difusión de los Juegos en 1976?

– Casi que no había. Algún que otro recuadro pequeño en algún diario, nada más. Sí me acuerdo del recibimiento que tuvimos en Canadá de los argentinos que vivían allí. Ellos nos alentaron en cada participación, nos daban regalos y nos llevaban de paseo. Fue una experiencia increíble e inolvidable. Igual que mi último Juego como atleta, en Seúl 1988, cuando Argentina participó por última vez en el básquet femenino en silla de ruedas.

– ¿Qué te generó la clasificación del básquet femenino a los Juegos, después de 28 años?

– Una alegría inmensa. Fue una revancha de las chicas, que habían perdido con Perú en el Mundial. Tuvieron su desquite en los Parapanamericanos de Toronto en un partido para el infarto. Sé del sacrificio enorme que hacen las chicas y ojalá les vaya bien. El básquet adaptado tuvo un renacimiento a partir de 2007, y vamos bien. Pero vamos paso a paso, nos faltan más mujeres y más equipos.

– ¿Qué esperás de los Juegos de Río?

– Medallas, muchas medallas (jaja). Tengo mucha confianza en Gustavo Fernández (tenis), en Daniela Giménez (natación), Yanina Martínez (atletismo), los Murciélagos (fútbol 5) y también en el judo.

– ¿Se puede disfrutar de un Juego sin ganar medallas?

– Es difícil, pero se puede. Hoy el deporte paralímpico es sinónimo de alto rendimiento gracias al esfuerzo del ENARD y de la Secretaria de Deportes. Por mi experiencia te aseguro que cuando los atletas no ganan, sufren y les cuesta disfrutar.

– ¿Qué te dejó el deporte?

– Me permitió conocer el mundo. No hubiese visto todo lo que vi y no hubiera conocido a mi marido (jaja).

– ¿Qué nos podés decir de José María Valladares, presidente del COPAR?

– Lo conocí en México 1977, cuando eramos atletas y desde entonces lo admiro por su capacidad para crear cosas.

– ¿Es mejor marido o dirigente?

– Le pongo 10 puntos en los dos.