Inolvidable: del horror de los refugiados a los Juegos de Río


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El nadador sirio Ibrahim Al Hussein (a la derecha en la foto) perdió parte de su pierna derecha en un ataque con lanzacohetes cuando intentaba asistir a un amigo, durante la guerra civil en su país, hace tres años. El lanzador de disco iraní Shahrad Nasajpour (a la izquierda) tuvo parálisis cerebral y vive refugiado en los Estados Unidos. Dos historias con un encuentro en común.

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Ibrahim Al Hussein

Ambos formaron el dúo que desfiló, por primera vez, bajo la bandera de los Atletas Paralímpicos Independientes (IPA, según su sigla en inglés). Al Hussein se refugió primero en Turquía y luego en Grecia, donde vive actualmente. Compitió en los 50m y los 100m libre y se llevó recuerdos imborrables de Río de Janeiro y, sobre todo, muchos nuevos amigos, «que valen más que cualquier medalla», como dijo antes de partir.

El sirio fue el abanderado en la ceremonia de apertura y Nasajpour hizo lo propio en la de clausura, momentos en que se llevaron los aplausos más emotivos de la multitud que colmó el Maracaná. El iraní finalizó en undécimo lugar en la competencia de disco (F37) y también tuvo palabras emocionadas de su paso por la cita carioca: «fue como un sueño llegar a los Juegos Paralímpicos. Ser parte de este equipo fue uno de los mejores momentos de mi vida».

Tony Sainsbury, quien fuera cinco veces jefe de misión del equipo paralímpico británico, cumplió las funciones de jefe de misión del equipo de IPA y consideró: «Lamentablemente hay muchos conflictos en todo el mundo. Pero por suerte, en los campos de refugiados de todo el mundo, los refugiados que padezcan alguna discapacidad verá que existen oportunidades».

El español Xavier González, CEO del Comité Paralímpico Internacional, agradeció a Allianz SE «por su tremendo apoyo al equipo de atletas independientes».