El color de una fiesta inolvidable


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El Día del Deporte Paralímpico dejó su sello en el Luna Park en una fiesta que tuvo todos los condimentos. Que comenzó con la música del coro «Mejor que ayer», y que finalizó con Kapanga. Que tuvo exhibiciones deportivas, y también premios y reconocimientos. En definitiva, una tarde inolvidable.

«¡Mirá que pinta que tengo!». Así de feliz y alegre estaba José María Valladares, el presidente del COPAR (Comité Paralímpico Argentino), en el borde de la cancha de básquet, minutos antes de darle la bienvenida al público. «Esto es una fiesta, gracias por acompañarnos.

Después de unas breves palabras de Valladares, comenzó la acción deportiva con el básquetbol en silla de ruedas. De fondo, al estilo NBA, sonaban canciones, y apareció en escena la mascota Rosco. Que tras saludar uno por uno a los jugadores le regaló al público decenas de remeras.

Mientras tanto, Ricardo Cristofani (jefe de misión paralímpica) desde un costado de la cancha de básquet, supervisaba, y organizaba los pasos a seguir. Entonces, llegó el momento de la primera entrega de premios. Fue ahí cuando Marro terminó de conquistar el corazón de Cinthia, su novia, al proponerle matrimonio, y entonces se llevó una de las mayores ovaciones de la tarde.Luego fue el turno del Fútbol 7, el equipo que dirige Osvaldo Hernández, el mismo que le pidió a sus jugadores que «jueguen a un toque» y los arengó a que la pasen bien. El partido tuvo la sorpresiva participación de la mascota, que casi mete un gol y también recibió una falta que el árbitro no sancionó.También hubo aplausos para los chicos de tenis de mesa, que mostraron sus habilidades bajo la conducción de Alejandra Gabaglia, la entrenadora. Allí, en el medio del escenario, se destacó Giselle Muñoz, la única dama. Dio cátedra y demostró porqué es la número cinco del mundo. El tenis adaptado tuvo en Gustavo Fernández a la figura principal. El cordobés, número cuatro del mundo, mostró delicias de su juego, siempre con una sonrisa, y fue otro que se llevó una catarata de aplausos.La fiesta se cerró con Kapanga, con papeles por el aire, y con el ánimo por las nubes. Clara Giordano, Coordinadora Administrativa del COPAR, no pudo ocultar su alegría: «Terminé feliz, pero feliz como nunca. Hasta el cansacio se disfruta. Más cuando lo hago con tanto placer». Su sentimiento es el de todos. Felicitaciones, por muchas fiestas más.