Así es la natación paralímpica


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La natación es un deporte adaptado para atletas con diferentes tipos de discapacidad. Más allá de eso, la clasificación de los deportistas se otorga en base a sus capacidades para nadar: S1-S10 (discapacidad física, 1 la más severa y 10 la más leve), S11-S13 (discapacidad visual). El prefijo “S” indica estilo libre, espalda y mariposa; “SB”, estilo braza (pecho); y “SM”, estilo combinado.

Los hombres y las mujeres compiten por separado. Las pruebas son de 50 a 400 metros Libre y de 50 a 100 metros Mariposa. Las pruebas Medley son de 150 y 200 metros. En las competencias con relevo, los equipos se eligen por mejores marcas y también por una limitación en los puntos, preestablecidos en la fase de clasificación. La excepción es el S14 (atletas con discapacidad intelectual).

Algunos nadadores pueden empezar con una inmersión desde la plataforma de salida o en el agua, dependiendo de su condición. Esto se decide cuando se clasifica al atleta. En algunos casos, su entrenador o un voluntario pueden ayudar en las etapas de salida.

Las adaptaciones para la discapacidad visual están orientadas a garantizar la integridad y seguridad de los nadadores. En el tiempo de giro y/o llegada, recibirán un aviso por un palo con una punta de espuma. Quien brinda esta indicación debe entrenar con el atleta para sincronizar esta acción.

Además, se utilizan gafas opacas para que todos puedan competir en igualdad de condiciones, más allá de sus distintos grados de visión.

La disciplina figura desde los primeros Juegos Paralímpicos (Roma, 1960), cuando fue sólo para deportistas con lesiones en la médula espinal. En Heidelberg 1972 se sumó a los nadadores con discapacidad visual. Sólo se permite el uso del cuerpo: están prohibidas las prótesis o aparatos ortopédicos.

Los entes reguladores son el Comité Paralímpico Internacional (IPC) y la Federación Internacional de Natación (FINA).

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